Descubren inscripción maya que proyecta fin del mundo para el 21 de diciembre de 2012
noviembre 28, 2011 1:47 pm
El Instituto Nacional de Antropología de México (INAH), a través de un
comunicado dio a conocer la una segunda inscripción maya en la que se
refiere al 21 de diciembre del 2012, la fecha en la que se ha intentado
proyectar una especie de evento apocalíptico.
La inscripción conocida como el “Ladrillo de Comalcalco” hace referencia a esta fecha y fue descubierta hace varios años.
Según dijo Arturo Méndez, vocero del INAH la inscripción ha sido estudiado extensamente por expertos y actualmente se mantiene resguardada del público.
Sin embargo, según el especialista David Stuart este glifo podría tratarse de una fecha histórica más que profética.
Además
del Monumento Tortugero en Macuspana, Tabasco, no existía ninguna otra
referencia específica conocida dentro de la cultura maya a la mítica
fecha de 21 de diciembre del 2012, en la que según algunos mayistas
concluye una cuenta del calendario de 5125 años, 13 baktunes. El
Monumento Tortugero, que al igual que el Ladrillo de Comalcalco tiene
alrededor de 1300 años, sí menciona el descenso del dios Bolon Yokte,
el 21 de diciembre del 2012.
El misterioso Bolon Yokte según
algunas interpretaciones significa Dios Pie 9 o hasta Pie de Jaguar-Pie
de Árbol, y es relacionado con el axis mundi o árbol de cocodrilo en el
centro de la galaxia, el cual según otras interpretaciones, como la de
John Major Jenkins, se alineará con el Sol en el solsticio de diciembre
de 2012. Por otro lado se ha esbozado la teoría de que el Monumento
Tortugero, y la profecía del 2012, en realidad no pertenecen a la
cultura maya sino a la olmeca.
El INAH mientras tanto ha dicho que
la fiebre apocalíptica en torno a las mayas y al 2012 es una total
malinterpretación de su cultura. “El pensamiento mesiánico de Occidente
ha tergiversado la cosmovisión de antiguas civilizaciones como la maya”,
señaló el jueves el INAH en su comunicado.
Pese a esto resulta un
tanto extraño que alimente el fuego con este comunicado de prensa
global –con replicas en cientos medios internacionales– si justamente
buscan lleva la discusión del mundo maya hacia una dirección más seria,
académica y refutar lo que consideran seudociencia y fanatismo.
Casualmente
o no, el próximo año Comalcalco será sede del evento internacional del
Mundo Maya 2012 que promueve el gobierno federal mexicano, como parte de
un programa turístico que, desde su concepción, claramente busca
capitalizar la parafernalia psicomilenarista que rodea a esta fecha. El
portal de la Secretaria de Turismo explica, según lo dicho por la
Secretaria Gloria Guevara Manzo, en el evento de presentación de este
programa en el cual participó Felipe Calderón:
“Detalló que el 21
de diciembre de 2012 es una fecha significativa en la cuenta del
Calendario Maya, ya que ese día concluye el ciclo de 1 millón 877 mil
días, el cual inició en el año 3 mil 114 antes de Cristo, por lo que a
partir de ese día se inicia una nueva era”.
¿Un ciclo de más de un
millón de años que empezó hace poco más de 5 mil? Esto resulta un tanto
extraño, quizás sea solamente una pifia más de esta administración
mezclando diferentes cuentas del calendario (aunque algún conspiranoico
podría darse un festín). De cualquier forma queda claro que con un
marketing escatológico el gobierno federal promueve el 21 de diciembre
del 2012 como el inicio de una nueva era –esto queda patente en el
slogan que acompaña al logo del programa: “La cuenta que hara historia…
Una nueva era comienza”.
Esta afiliación al new age del gobierno
de México podría estar relacionada también con la noticia de un
documental a realizarse por Raul Julia-Levy que promete revelar los
secretos de los mayas en torno al 2012 y a una supuesta vinculación con
seres extraterrestres. Esta noticia dio vuelta en todos los diarios
mainstream del mundo, citando a un funcionario del gobierno de Campeche
que prácticamente, según la información recirculada, aceptaba que se
habían encontrado inscripciones en las que los mayas hacían referencia a
una civilización extraterrestre.
La información tiene varias
lecturas. Por un lado se puede pensar que el gobierno mexicano
simplemente busca dinamizar la economía y a la vez hacer negocio entre
particulares promoviendo el turismo apocalíptico, y para esto entra al
juego de la especulación y la conspiración, haciendo un teaser de su
producto.
Por otro lado podemos pensar que esta promoción new
age-milenarista es parte de un programa que va más allá del gobierno
mexicano y se entrelaza mundialmente como una especie de operación de
inteligencia que busca inseminar meméticamente a las masas para crear
una atmósfera global que se vaya intensificando en la medida que se
acerque la fecha, creando así un estado mental que puede ser usado
políticamente.
Y por último podemos pensar que simplemente es
parte de un proceso de revelación que trasciende a los gobiernos e
instituciones: la conciencia misma que se moviliza y depura avanzando
hacia su máxima cita planetaria. Justamente en el entendimiento de lo
que significa la palabra apocalipsis: revelación. Más allá del control y
la conspiración: la información que está viva y quiere liberar.
Nosotros
actualmente no nos inclinamos con certeza por ninguna de estas
alternativas en torno al fenómeno masivo-mediático-mental del 2012. Pero
sí hacemos una observación: si bien el INAH lúcidamente menciona que
nuestra concepción milenarista del fin del mundo es proyectada a la
cosmovisión maya, de un tiempo cíclico, también es cierto que dentro de
esa cosmovisión cíclica del tiempo cabe pensar que los mayas trazaron
mapas cronológicos para determinar nuevos estadios en el proceso
evolutivo del ser humano, el planeta y su relación con el cosmos.
De
la misma forma que cada cosa atraviesa un ciclo, e incluso cada cosa
dentro de cada cosa (como un órgano y hasta una célula dentro de un
cuerpo) atraviesa un ciclo que bajo cierta perspectiva es particular
pero que desde otra más amplia es parte intergral de todo un sistema, es
posible que los mayas hayan sido capaces de detectar ciclos más
grandes.
Así, por ejemplo, en un año podemos determinar que el
equinoccio de primavera o el solsticio de invierno marcan el inicio de
un nuevo ciclo y el final de otro — y aunque son parte de un flujo o
continuum se puede demostrar que son indicadores de un cambio en la
naturaleza. Tal vez estos ciclos anuales –o ciclos más largos como el de
la actividad solar– sean fractales de ciclos de mayor duración –y como
tales tengan una serie de particularidades, energías, por así decirlo.
En
este sentido quizás no sea mera imprecisión seudocientífica decir que,
sobre todo, lo que significa esta mítica fecha es un cambio de ciclo.
Sí, una nueva era, pero una nueva era que es parte de un flujo, de todo
un proceso, que tiene solamente a esta fecha como marcador símbolico,
como hito agregador e hipervinculante. Y, además, una nueva era como
tantas que yan han cursado por la Tierra en eones.
Su carácter único y especial es que nos toca a nosotros, bajo esta coordenada existencial, atravesarla, en el presente (cuyo portal o potencia siempre es la eternidad) y hacer de ella lo que podamos, según nuestra capacidad de creación o de alineación con las fuerzas del cosmos.
Fuente: pijamasurf.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
En +Antropología estamos sumamente agradecidos de tu participación y comentarios, además de invitarte a contactarte directamente con nosotros a través de nuestro Correo electrónico masantropologia@gmail.com o nuestro Twitter @MasAntropologia. Si deseas que publiquemos algo de tu autoria o recomendación, por favor, haznoslo llegar por estas vías, con tus datos de contacto. Lo integrantes del grupo revisaran tu información a la brevedad posible para su debida publicación. Gracias por seguirnos y colabor con este proyecto de difución Antropológica.