Perú lucha contra el saqueo de su riqueza cultural
Mattia Cabitza
BBC, Perú
Jueves, 15 de diciembre de 2011
Un total de 46.332 piezas, como esta jarra con engobe de caolín con diseño de molinete, fueron encontradas en Machu Picchu entre 1911 y 1915, pero se trasladaron a la Universidad de Yale
El regreso a Perú de los huesos de 177 individuos, que fueron sacados hace un siglo de la ciudad inca de Machu Picchu, ha marcado otro hito importante en la repatriación de antigüedades peruanas.
El país es la cuna de muchas civilizaciones antiguas. La más conocida es la de los incas, quienes gobernaron durante siglos el territorio que hoy es Perú hasta la llegada de los colonizadores españoles en el siglo XVI.
Las ruinas de sus templos y palacios monumentales aún se pueden apreciar en su capital, Cusco.
De hecho, más de un millón de visitantes llega cada año a admirar la antigua ciudad de Machu Picchu, ubicada en las cercanías de Cusco, en la cima de una montaña de los Andes.
Es el más importante destino turístico de Perú, pero las 46.332 piezas que fueron excavadas allí entre 1911 y 1915 nunca fueron exhibidas en el país hasta hace poco.
La clicUniversidad de Yale, en Estados Unidos, que las alojó durante un siglo, está devolviéndolas poco a poco. Además de los huesos, ya ha retornado a Perú otro lote compuesto en su mayoría de cerámica.
"Nunca pensé que iba a poder ver regresar las piezas", dice Blanca Alba, quien está a cargo de repatriaciones en el clicMinisterio de Cultura de Perú. Sus ojos aún se llenan de lágrimas cuando recuerda la llegada de la cerámica en marzo.
"Había gente esperando en el aeropuerto. Empezaron a cantar el himno. Y yo lloraba porque me emocioné mucho".
Algunas de las cerámicas se exhiben ahora en Cusco en un sitio temporal, y el gobierno peruano está construyendo un nuevo museo para albergar las piezas de Yale, cuando el retorno de ellas se complete a fines del próximo año.
El costo de repatriar
A pesar de la satisfacción de traer de vuelta las antigüedades, Alba cree que sería más rentable si el gobierno pudiera impedir que los tesoros arqueológicos se vayan del país.
"El problema de repatriar es que repatriar es caro. Implica un juicio, pagar abogados, transporte, embalaje, seguro, análisis químicos, etc".
En 2007, el gobierno peruano estimó que se gastaron US$624.500 para la repatriación de alrededor de 400 antigüedades.
Ahora está buscando fondos para traer de vuelta a unos 300 artefactos de EEUU, así como más piezas de Argentina y Europa.
La historiadora peruana considera que la repatriación de antigüedades es, en el largo plazo, un precio que vale la pena pagar, pero ella preferiría que se hiciera más en la lucha contra el saqueo.
Prevención de saqueos
En Perú, se estima que hay 100.000 sitios arqueológicos, pero se conocen sólo alrededor de 13.000. Y cuando son descubiertos, a veces es porque los cazadores de tesoros y huaqueros profesionales (saqueadores de tumbas) ya han estado allí.
Las sanciones para huaqueros, si son capturados, son penas de cárcel de hasta ocho años, y hay controles de policía en el aeropuerto internacional de Lima, en la frontera con Chile, y en el centro internacional de correos en la capital.
Sin embargo, Luis Cáceres, el director de Arqueología en el Ministro de Cultura, cree que esto no es suficiente.
Tuvieron que pasar 100 años para que Perú recuperara los tesoros que Hiram Bingham se llevara a Estados Unidos cuando descubrió Machu Picchu
"En realidad la defensa del patrimonio -por faltas de presupuesto y de recursos humanos- no se atiende", dice Cáceres, aunque reconoce "es imposible tener seguridad en todos los sitios arqueológicos".
El experto cree que la policía y el país en general tienen otras prioridades, por ejemplo la lucha contra la delincuencia callejera y la erradicación de la pobreza extrema.
Por otra parte, el Ministerio de Cultura tiene problemas de liquidez. Fue creado hace poco tiempo, pero todavía maneja el mismo presupuesto de la institución de menor rango que antes se encargaba de esos asuntos.
Cáceres cree que la prioridad para el gobierno debe ser enseñar a los peruanos a valorar más su historia, y se siente optimista de que poco a poco sean cada vez más conscientes de la necesidad de proteger su patrimonio arqueológico.
En la década de los años 80, casi no había arqueólogos peruanos profesionales, pero treinta años después se ofrecen estudios de la antigüedad en al menos siete universidades.
Además, en los últimos cinco años, el número de sitios que han sido descubiertos se ha duplicado, lo cual es una buena señal para Cáceres.
"Una vez que se ubican todos, entonces uno puede diseñar una estrategia de protección".
Cáceres se siente alentado por los éxitos en Guatemala, donde se encontraron antiguas ruinas en la selva usando imágenes de satélite.
Ayuda satelital
Una conopa illas, piedra esculpida con una cara antropomorfa y un tocado en espiral. Eran utilizadas en rituales dedicados a los dioses para propiciar la fertilidad de los animales.
La tecnología permite a los arqueólogos ver lo que no se puede detectar con el uso de fotografías aéreas. Aquello que se oculta debajo de capas de tierra y roca o debajo de las tupidas copas de los árboles.
"La mayoría de los sitios arqueológicos en Perú se encuentran en zonas que tienen difícil acceso, en el desierto o las tierras altas, donde es difícil hacer vigilancia directa o vigilancia aérea", dice Nicola Masini, del Instituto de Arqueología y de Patrimonio Monumental de Italia (clicIbam).
Masini ha utilizado imágenes de satélite en Perú desde 2007, y cree que la tecnología también es útil contra los huaqueros (saqueadores de tumbas), ya que revela la presencia de nuevas excavaciones debajo de la tierra.
"La única manera de controlar y gestionar este problema es con datos satelitales. Serían útiles a las autoridades peruanas, para que puedan poner en práctica estrategias adecuadas para la protección de estos sitios arqueológicos".
En el Ministerio de Cultura en Lima, Cáceres acogería un futuro uso de esta tecnología, a pesar de que es cara.
También le gustaría que existieran campañas públicas para sensibilizar a los peruanos sobre el hecho de que, al atraer al turismo, los sitios arqueológicos pueden ser más rentables a largo plazo a las comunidades rurales si logran dejarse intactos.
Para Cáceres lo que está en juego es el patrimonio de Perú, "porque si una pieza se va del país", concluye, "estamos perdiendo para siempre nuestra historia con ella".
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