Karl Marx: en familia
Pasados unos pocos años desde que Jörn Schütrumpf, el editor de Marx en Dietz, tratara de llenar el vacío sobre la esposa del padre del marxismo (Jenny Marx oder: Die Suche nach dem aufrechten Gang),
ahora le llega el turno a la periodista y biógrafa Mary Gabriel. Esta
dedica su nuevo libro a Marx y a su familia, pero en buena medida es
Jenny von Westphalen la protagonista de Love and Capital: Karl and Jenny Marx and the Birth of a Revolution (Little, Brown & Company, 2011). Quien así lo desee, puede leer lo que la autora destaca de esa nueva obra. Nosotros acudiremos a Simon Sebag Montefiore, que la reseña para el NYT de forma un tanto somera:
“Mi primer encuentro con la historia de la familia Marx fue en la contraportada de una revista de Londres”, escribe Mary Gabriel en la primera línea de su relato íntimo sobre Karl Marx y su familia. No es un comienzo alentador para el lector, acota Simon Seba.
La historia de Marx, la del hombre, padre, esposo y periodista, es tan dramática que no requiere sobreescritura, y de hecho Love and Capital
es un gran libro, a menudo apasionante. Se ofrece un retrato
entretenido y equilibrado de Marx y de Engels, de su colorido entorno
de exiliados, estrafalarios y revolucionarios, y de la poco conocida
familia de Marx, dominada por la obsesión política de Karl. También se
detallan los asuntos amorosos ilícitos, la muerte de los niños y los
problemas financieros, todo ello basado en una investigación amplia y
narrada con pasión empática. Al mismo tiempo, le sobran páginas y, a
menudo, están minadas con descripciones grandilocuentes, pequeños
errores y otros escesos.
(…)
Gabriel, autora de una biografía de Victoria Woodhull
, sostiene que la vida privada de Marx es especialmente importante
ahora, porque en 2008 “mientras pasaba de la investigación a la
escritura, la creencia en la infalibilidad” del capitalismo, “comenzó a
flaquear”, haciendo que el análisis de Marx parezca “más clarividente y
poderoso”. Pero este es sin duda un argumento a favor de una nueva obra
sobre el marxismo, no sobre su vida privada. Nadie debería estar en
desacuerdo con la opinión de Plutarco según la cual la personalidad
importa en la historia, pero Gabriel escribe en su introducción que sin
la presencia de las mujeres en la vida de Marx “no habría habido ningún
Karl Marx, y sin Karl Marx el mundo no sería como lo conocemos”. ¿Es eso
cierto? ¿La dickensiana vida familiar de Marx, no importa cuán
deliciosa fuera, cambió el mundo?
De hecho, Love and Capital es ameno, no tanto por el
enérgico análisis de la teoría marxista que ofrece o por su interminable
catálogo de disputas políticas, sino por los detalles de la vida y de
la política familiares que proporciona Gabriel -su vívido retrato de un
intelectual bohemio, luchador y obsesivo, en las capitales de
mediados del siglo XIX europeo.
La heroína de Gabriel es sin duda la esposa de Marx, una hermosa
aristócrata. Lo expresa así: “Jenny von Westphalen era la joven más
deseable en Trie”, tan bien establecida que su hermano se convertiría
más tarde en ministro del Interior de Prusia, y ello a pesar de que,
mientras tanto, Marx estuviera planeando la caída de los reinos
reaccionarios de Europa.
Jenny es ella misma mientras sobrelleva el egoísmo y la autoestima
gigantescos de su marido. Tras tener relaciones sexuales antes de
casarse, ella le escribe: “Siento que no hay que arrepentirse. Cuando
cierro los ojos completemante, puedo ver los tuyos sonrientes y
benditos. . . Oh Karl. . . Estoy feliz y contenta. . . . Cada hora
feliz la viviría de nuevo”. Marx pudo haber sido pensativo, salvaje,
intolerante e implacable en sus feudos políticos, tratando a los
enemigos sin contemplaciones, pero, así lo describe Gabriel, también le
gustaba el baile, el lujo y el chisme, atrayendo a mujeres y hombres por
igual. Incluso cuando estaba inmerso en los interminable arcanos
económicos del marxismo, se las arregló para mantener un toque de
sabiduría y modernidad: sabiamente comentó que a “los niños los deben
criar sus padres”, y valoró el cristianismo -el opio del pueblo- porque
enseña a los adultos a amar a los niños.
Jenny siempre le apoyó: “No crean que estoy decaída por estos
padecimientos menores. . . Pocos hay tan felices y favorecidos, con mi
amado esposo, el pilar de mi vida, aún a mi lad0″. Y así seguimos a la
pareja de Colonia a París y a Bruselas, ida y vuelta, hasta encontrar
su hogar definitivo en el ático de Londres y luego el descanso inmortal
en el cementerio de Highgate.
(…)
Jenny murió en 1881 y Karl en 1883. Sus hijos sobrevivientes, Tussy y
Laura, junto a sus parejas, se convirtieron en los líderes del
movimiento, especialmente después de que Engels les dejara una parte
significativa de los 4,8 millones dólares que poseía. Pero es difícil no
sentir que de alguna manera la obsesiva misión de Karl destruyó a
aquellos que vinieron después: las dos hijas se suicidaron, Tussy en
1897, movida por su insensible compañero; Laura en 1911, en un pacto de
muerte con su marido.
Hay un momento clave en 1910, cuando una pareja rusa llegan en
bicicleta a visitar a Laura, que está viviendo en Francia. Son Lenin y
su esposa, Krupskaya, quien pensó: “Aquí estoy con la hija de Marx!” Sin
embargo, el único de los Marx vivo que vio a Lenin y a sus bolcheviques
marxistas apoderarse de Rusia fue el secreto hijo ilegítimo de Karl,
Freddy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
En +Antropología estamos sumamente agradecidos de tu participación y comentarios, además de invitarte a contactarte directamente con nosotros a través de nuestro Correo electrónico masantropologia@gmail.com o nuestro Twitter @MasAntropologia. Si deseas que publiquemos algo de tu autoria o recomendación, por favor, haznoslo llegar por estas vías, con tus datos de contacto. Lo integrantes del grupo revisaran tu información a la brevedad posible para su debida publicación. Gracias por seguirnos y colabor con este proyecto de difución Antropológica.