Genéticos destacan que el ADN del gorila todavía no resuelve la diferencia con el hombre.
In Evolución on marzo 14, 2012 at 23:10
El último estudio genético que trata de resolver la pregunta más antigua que se ha formulado el hombre –¿qué somos y de dónde venimos?–, ha vuelto a quedar sin respuesta. O por lo menos, de momento.
La secuenciación y el análisis del genoma del gorila se completó al fin en una investigación en el ‘Sanger Institute’ en Cambridge e implicó a veinte laboratorios de siete países. Era la cuarta pieza del rompecabezas, tras el análisis completo del ADN del ser humano, el orangután y el chimpancé. Y sugiere que las semejanzas con el genoma del ser humano son más amplias de lo que se creía en un principio, tal y como concluye la investigación que se ha publicado en la prestigiosa revista Nature.
El estudio, en el que participó o el Instituto de Biología Evolutiva (IBE) de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), señala que en un tercio del genoma humano se pueden apreciar más parecidos con el gorila que con el chimpancé.
El chimpancé es la especie que más parecido genético guarda con el ser humano, hasta un nivel del 98,63% de ADN compartido. Por eso y al cotejar los datos con la secuencia genética del gorila, se esperaba la confirmación: en ese 1% que separaba al ser humano del chimpancé debería de estar la esencia de la diferenciación. Pero los resultados han sido otros. Hasta ahora se pensaba que el genoma humano era más parecido al del chimpancé con, quien comparte entre un 95% y un 99% de la carga genética, pero este trabajo introduce algunas novedades al respecto.
“Hay genes que son distintos del chimpancé, pero no de los gorilas”, precisó tras conocer el estudio el catedrático de Genética de la Universidad de Vigo, Armando Caballero. El reconocido científico y director del departamento de Bioquímica, Genética e Inmunología, reconoce que este tipo de estudios a veces resultan “frustrantes” e insinúa que se ha tumbado la hipótesis de partida. “No está resultando nada fácil encontrar las claves que nos diferencian de los chimpancés”, asegura. Pero el profesor plantea buscar las diferencias en zonas reguladoras: “Hay que profundizar en el genoma, no leerlo de forma lineal, sino ver cómo interactúa; la complicación de la regulación que se ha llamado ‘interactoma’”.
La comparación genética entre gorila, chimpancé y humano ha confirmado que, aunque en líneas generales el genoma humano es más parecido al genoma del chimpancé, hay zonas en las que los humanos guardamos más semejanzas con el gorila que con el chimpancé. La noticia se recibió con cierto estupor científico.
Lo mismo opinó tras conocer el estudio –aunque fuera de la especialidad de su línea de nvestigación– el doctor Ángel Carracedo: “No encontraron ningún gen que determine las características específicas del humano”.
Los genes auditivos asociados con el lenguaje sufrieron la misma evolución ambas especies –gorila y humano–.Humanos, chimpancés y gorilas compartieron un antepasado común hace 80 millones de años.
Para entender la complejidad de los datos, de los que el genoma del gorila se convertiría en una especie de Piedra Rosetta de la evolución del hombre, el doctor Caballero explica: “De los tres mil millones de nucleótidos que tiene el ser humano, solo un 2% codifican proteínas; es decir, tienen información relevante. Y un 1% de estos es solo la proporción que marca la diferenciación con chimpancés, y ahora se sabe que también con gorilas”.
La catedrática de Genética de la Universidad de Santiago de Compostela; Laura Sánchez Piñón también destacó con respecto al estudio que “humanos y chimpancés evolucionaron por separado”, pero ahora ese antecesor común de los cuatro grandes simios “es situado más atrás”. También alude a la complejidad de los datos de secuencia genética. Y del mismo modo que Caballero, alude a la necesidad de más estudios. “Son solo la comparación de secuencias, no la expresión de estos genes”, destaca. Y alude a la necesidad de comprobar luego cómo se desarrollan los genes, aunque a priori sean iguales en un porcentaje tan elevado.
Coincidentemente, en el mismo instituto en el que se ha secuenciado el genoma del gorila investiga recientemente el biólogo gallego José Castro Tubío.Valora que “del trabajo, una de las conclusiones más importantes es que el último antepasado común al chimpancé, gorila y humano vivió hace unos 10 millones de años”. Una de las respuestas, esa sí, a la eterna pregunta.
Y en lo que sí coinciden todos los científicos consultados es que hoy en día la ciencia no ha podido rebatir las tesis darwinistas de la evolución. A finales del siglo XIX, cuando Darwin propuso su teoría se atrevieron a caricaturizarlo con cuerpo de simio, –algo que aún se recoge en las etiquetas del famoso ‘Anís del Mono’–. Charles Darwin publicó sus tesis en ‘The Descent of Man’ (‘El Origen del Hombre’) en el año 1871. En esta publicación, Darwin se basó en varias similitudes morfológicas y de comportamiento para dejar caer la idea de que somos primates y que, por tanto, descendemos de una línea de primates.
Hoy en día, los científicos no dudan de que la idea es un hecho. Pero aún no se conocen muchos detalles sobre cómo ha sido el proceso evolutivo que ha llevado a que nuestra especie divergiera del resto de los primates. Y para entender este proceso, es indispensable disponer de la secuencia del material genético; es decir, del ADN. Parece que la respuesta está en comparar las secuencias de los genes entre las diferentes especies de monos y buscar los cambios genéticos. Pero, ¿cómo? La lectura que se está haciendo hasta la fecha no arroja los resultados esperados.
vía La Opinión A Coruña.
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