"La Pluralidad es Nuestra Carta de Presentación"

La Pluralidad es Nuestra Carta de Presentación
Nada se parece más al pensamiento mítico que la ideología política. Levi Strauss


lunes, 28 de noviembre de 2011

Claude Lévi-Strauss - Asi lo despidio el Mundo a sus 100 años el 30/10/2009

Muere a los 100 años el antropólogo francés Claude Lévi-Strauss

Se trata de uno de los intelectuales más influyentes del siglo XX en el campo de las ciencias sociales

ANTONIO JIMÉNEZ BARCA / EL PAÍS - París - 03/11/2009

El famoso antropólogo Claude Lévi-Strauss falleció la madrugada del domingo en París cuando le faltaban unos pocos días para cumplir 101 años, según ha confirmado la Escuela de Altos Estudios Sociales. Había nacido en Bruselas, en 1908, de padres judíos franceses y dedicó toda su vida a explicar y explicarse el mundo desde la antropología. No sólo fue la principal figura en el mundo de la etnología a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, sino también un extraordinario escritor y un filósofo de primera magnitud.
    El profesor de antropología, Manuel Delgado, recordaba precisamente en un artículo publicado en EL PAÍS, los logros que había transmitido en este campo. "Lo que Lévi-Strauss nos ha transmitido es un conocimiento que no es sólo resultado de una honda reflexión sobre la convivencia humana, sino de los testimonios que una determinada ciencia social ha podido establecer acerca de hombres y mujeres concretas, cuya vida concreta -en tiempos y lugares no menos concretos- otros hombres y mujeres fueron a conocer de cerca".


    Desde 1935 a 1939 pasó largas temporadas con los indios del Amazonas, en Brasil, en una zona remota de la selva. Esta experiencia le marcaría, vital y profesionalmente, durante toda su vida. Transformó la etnología contemporánea al elaborar un método original que aunaba el estructuralismo, el psicoanálisis a la hora de interpretar los mitos. Éste fue el método usado para estudiar la organización social de las tribus de Brasil y la de los indios del norte y sur de América. Sus primeras obras fueron La vida familiar y social de los indios Nambikwara y Las estructuras elementales de parentesco.

    "El viaje del etnógrafo tiene muy poco que ver con la aventura romántica que pude imaginarme antes de marchar hacia Brasil", diría tiempos después en un libro de Catherine Clément sobre aquella experiencia . También recordaba como se había metido en el apasionante mundo de la antropología. "Nació de un telefonazo. Marcel Mauss y su equipo reclutaban entre los licenciados en filosofía gente que quisiera trabajar en el recién creado departamento de etnografía, una ciencia que acababa de adquirir rango universitario y que hasta entonces había dependido de misioneros y administradores coloniales. Yo hacía sólo dos años que ejercía como profesor de filosofía, en Mont-de-Marsan y en Laon, en 1932 y 1933. El primer año es apasionante, tienes que construirte todo un programa, pero los cursos siguientes te limitas a retocarlo. 

    Estaba claro que no era eso lo que iba a dar sentido a mi vida. Tenía ganas de descubrir el mundo. Y de ahí que aceptase un puesto en la universidad de São Paulo y comenzase mis viajes de etnólogo".

    Otras obras suyas determinantes fueron El pensamiento Salvaje o Lo crudo y lo cocido.

    En 1973 ingresó en la Academia Francesa. Fue el primer antropólogo que lo hizo. El año pasado, el mundo cultural francés le rindió un homenaje al cumplir 100 años: fueron múltiples los suplementos, los documentales y las exposiciones consagradas a su persona y a su obra.
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    Muere en París Lévi-Strauss, padre de la antropología moderna

    El intelectual francés falleció el sábado a los cien años y fue enterrado poco antes de que ayer se hiciera pública la noticia · Su libro 'Tristes trópicos' es uno de los principales textos del siglo XX

    Javier Albisu (Efe) / París | Actualizado 04.11.2009 - 05:00
    Claude Lévi-Strauss, fotografiado en París en marzo del año 2005.
    El francés Claude Lévi-Strauss, uno de los pensadores más importantes del siglo XX y considerado pionero y padre de la antropología moderna, falleció el sábado a la edad de cien años, aunque la noticia de su muerte no se hizo pública hasta ayer.

    Con la desaparición de Lévi-Strauss, el mundo del razonamiento ha perdido a un notable intelectual, cuyos restos descansan ya en la localidad de Lignerolles, en la Borgoña francesa, donde el sabio centenario fue enterrado antes de que se divulgase la noticia de su defunción.

    "Un gran sabio, siempre abierto al mundo" y "uno de los más grandes etnólogos de todos los tiempos" que "llevó a lo más alto la reputación de las ciencias humanas y sociales francesas", dijo de él el presidente francés, Nicolas Sarkozy, al conocer la noticia de la defunción.

    Al homenaje presidencial se sumó el de la diplomacia y, en su nombre, el ministro galo de Exteriores, Bernard Kouchner, se refirió al antropólogo como a "un visionario" para el que "la investigación científica ha estado siempre marcada por una gran exigencia moral".

    Hijo de un judío agnóstico, Lévi-Strauss nació en Bruselas en 1908 y fue en 1955 cuando publicó Tristes Trópicos, una narración melancólica y autobiográfica de sus viajes que sería el origen de la corriente estructuralista.

    Los etnólogos me acusan de haber hecho un trabajo de aficionado, y el público un libro de erudición. Todo esto me es indiferente", afirmó el autor. Tristes trópicos no cesó de ser traducido y reeditado. Claude Lévi-Strauss lo consideraba un libro escrito "demasiado rápido y sin reflexión". En vísperas de la atribución de su prestigioso premio, la academia Goncourt lamentaba no poder laurear el libro, puesto que no es una novela.

    "Odio los viajes y a los exploradores. Y aquí me dispongo a relatar mis expediciones", comienza el célebre libro de Lévi-Strauss quien, fiel a sí mismo, se terminaría convirtiendo en un investigador de biblioteca desde donde elaboraría una serie de obras que le llevaron a ser el gran maestro de la antropología moderna.

    El académico francés, que había cursado estudios de Derecho y Filosofía en la universidad de la Sorbona, abandonó la docencia en esta última disciplina gracias a una invitación del etnólogo Marcel Mauss para ingresar en el recién creado departamento de etnografía.

    De esa forma, el hombre que terminaría ejerciendo una influencia decisiva en la filosofía, la sociología, la historia y la teoría de la literatura, se interesó por la antropología.

    Y sería precisamente esa materia la que le concedería un "lugar preeminente entre los investigadores del siglo XX", explicaba a Efe el profesor de Antropología Social de la Universidad Complutense de Madrid Rafael Díaz Maderuelo, con motivo del centenario del pensador.

    La antropología le llevó como profesor visitante a la universidad brasileña de São Paulo, de 1935 a 1939, estancia que le posibilitó llevar a cabo trabajos de campo en el estado amazónico de Mato Grosso y en la Amazonía, donde estudió a los bororo, los nambikwara y los tupi-kawahib.

    "Estaba en un estado de excitación intelectual intensa. Sentía que revivía las aventuras de los primeros viajeros del siglo XVI. Por mi cuenta, descubría el Nuevo Mundo. Todo me parecía fabuloso, los paisajes, los animales, las plantas...", escribía Lévi-Strauss.

    El creador de obras como El pensamiento salvaje o Mitologías, era hijo intelectual de Émile Durkheim y de Mauss, estaba interesado por la obra de Karl Marx, por el psicoanálisis de Sigmund Freud, la lingüística de Ferdinand Saussure y Roman Jakobson, el formalismo de Vladimir Propp y un largo etcétera, además de ser un apasionado de la música, la geología, la botánica y la astronomía.

    Las aportaciones más decisivas de su trabajo se pueden resumir en tres grandes temas: la teoría de la alianza, los procesos mentales del conocimiento humano y la estructura de los mitos.

    La teoría de la alianza defiende que el parentesco tiene más que ver con la alianza entre dos familias por matrimonio respectivo entre sus miembros que con la ascendencia de un antepasado común.

    Para Lévi-Strauss, no existe una diferencia significativa entre el pensamiento primitivo y el civilizado pues la mente humana organiza el conocimiento en parejas binarias y opuestas que se organizan de acuerdo con la lógica y tanto el mito como la ciencia están estructurados por pares de opuestos relacionados lógicamente.

    Comparten, por tanto, la misma estructura, sólo que aplicada a diferentes cosas, explicaba Díaz Maderuelo.

    Respecto a los mitos, el intelectual sostiene desde la reflexión sobre el tabú del incesto, que el impulso sexual puede ser regulado gracias a la cultura porque el hombre piensa antes de tener relaciones, por lo que pierde su naturaleza animal y se convierte en un ser cultural.

    La obra de Lévi-Strauss ha influenciado tanto a filósofos como Paul Michel Foucault o Louis Althusser, a psicoanalistas como Jacques Lacan a semiólogos como Roland Barthes o a lingüistas Émile Benveniste en la lingüística.

    El 28 de noviembre de 2008, Lévi-Strauss fue homenajeado al cumplir sus cien años de vida, con exposiciones en el museo de las Primeras Artes de Asia, África, las Américas y Oceanía en el Qai Branly, en la Biblioteca Nacional de Francia y con la reedición de varios de sus libros.
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    Claude Lévi-Strauss est mort


    L'anthropologue et ethnologue français Claude Lévi-Strauss est décédé vendredi 30 octobre à l'âge de 100 ans. Son autobiographie intellectuelle, "Tristes Tropiques", paru en 1955, est considérée comme l'un des grands livres du XXe siècle 


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    Claude Lévi-Strauss, dans son bureau du Collège de France, le 8 juin 2001 à Paris (photo Robine/AFP).

     Au départ, il y a un geste précis : l´expulsion du sujet. Depuis Descartes, le sujet, sous la forme du « Je pense », occupe une place fondatrice, tout s´organisant à partir de lui et autour de lui. Claude Lévi-Strauss est de ceux qui, ayant tué Dieu, entonnent à présent le requiem de l´homme, un paradoxe par lequel on veut signifier que le sujet, loin d´expliquer quoi que ce soit, requiert d´être lui-même expliqué. 

    Que ce soit dans l´analyse des structures de parenté, des mythes ses terrains privilégiés, ou de n´importe quel champ culturel, Lévi-Strauss considère le sujet comme un « lieu insubstantiel offert à une pensée anonyme », qui non seulement ne mène pas le jeu, mais il est lui-même mené. 

    On ne lui rend certes pas justice en réduisant sa pensée à cette mise en procès du sujet. Né à Bruxelles, en 1908, de parents français, il avait fait des études brillantes à la Sorbonne. Mais il était resté sur sa faim, toute la philosophie se ramenant « à une sorte de contemplation esthétique de la conscience par elle-même », écrit-il dans Tristes tropiques , son chef-d'oeuvre (Plon, 1955). 

    Après son agrégation en 1931, alors qu´il rongeait son frein dans l´enseignement, il reçut à l´improviste, un dimanche de 1934, à 9 h du matin, un coup de téléphone lui proposant un poste au Brésil. Il devait répondre avant midi. Le voilà embarqué pour le Brésil où il restera de 1935 à 1945.

    A la recherche des Indiens

    Connaissant son intérêt pour les « primitifs », Célestin Bouglé lui avait dit : à Sao-Paulo, « les faubourgs sont remplis d´Indiens ». Ce n´est pas à Sao Paulo qu´il les rencontrera. « À Sao Paulo, écrit-il, on pouvait s´adonner à l´ethnographie du dimanche. Non auprès des Indiens des faubourgs dont on m´avait fait la fausse promesse, car les faubourgs étaient syriens ou italiens. » 

    Il lui faudra les chercher dans la forêt amazonienne. Ayant fait au cours de ces années une abondante récolte d´observations, il lui restait à inventer une méthode pour les traiter. Cette méthode, il l´emprunte à la linguistique. 

    Le linguiste ne s´intéresse pas aux sons, mais aux relations entre les sons, car ce sont les relations qui produisent le sens. De même, l´ethnologue n´a pas à s´arrêter, dans les liens de parenté, aux appellations (père, mère, oncle), mais à observer les attitudes qui régissent les relations (attrait, rejet, réserve), et à bâtir à partir de là, des modèles de parenté, variables d´une culture à l´autre et qui s´imposent à chacun. Cette méthode aboutit aux « structures de la parenté » (1949). 

    Ce faisant, il reprend une intuition commune à la géologie, la psychanalyse, et le marxisme, ses « trois maîtresses ». Le géologue, au lieu de regarder les herbes folles à la surface, creuse le sol, car c´est la nature du sol qui explique la végétation, et non l´inverse. De même, le psychanalyste se fie non pas à la conscience, mais sonde l´inconscient. 

    Le marxiste explique le jeu des acteurs sociaux à partir non pas de leurs sentiments, mais de leur place dans les structures socio-économiques. Ainsi en va-il des relations entre individus, lesquelles sont régies par un inconscient culturel qu´il revient à l´ethnologue de mettre en évidence. Il lui faut donc délaisser le visible pour l´étage de l´invisible.

    Le bricolage des mythes

    Cette méthode, qui a fait ses preuves dans les structures de parenté, s´avère d´une application plus délicate dans l´étude des mythes. On a comparé les « mythologiques » (4 volumes) à une Amazonie théorique. Les mythes semblent aussi impénétrables que la forêt vierge. 

    « En ce temps-là » : tout peut arriver dans le mythe, le récit se jouant de toute logique. En réalité, au-delà des apparences, le mythe obéit à une structure profonde, qui commande l´enchaînement des séquences. Tout mythe est un formidable bricolage, où le conteur cherche, avec les moyens de bord, à résoudre une énigme : le saut de la nature à la culture. 

    C´est cette énigme qui est au coeur de la série des mythes rassemblés dans Le cru et le cuit (1964), où l´on apprend comment la nature (cru) se dépasse dans la culture (cuit) par la médiation du feu. De même pour Du miel aux cendres (1966), une méditation sur l´excès, toujours dangereux, le miel indiquant un excès du côté de la nature, puisqu´il s´agit d´une substance élaborée sans l´homme, et le tabac, dont les cendres sont le symbole, un excès du côté de la culture. 

    Les origines des manières de table (1968) esquissent une éthique humaniste qui fait passer « le monde avant la vie, la vie avant l´homme, le respect des autres êtres avant l´amour-propre ». Enfin, dans L´homme nu (1971), où la nudité représente la nature, l´accès à la culture se fait par le biais de l´échange. 

    En 1972, Lévi-Strauss, professeur au Collège de France depuis 1959, entre à l´Académie française. Une écriture chaleureuse, des émissions de télévision, lui ont acquis une audience au-delà de ses cours. Ce qui séduit chez lui, c´est moins l´aspect technique de ses travaux, dont il avoue qu´ils ressemblent fort à du bricolage, à vrai dire un bricolage de génie, que la sagesse qu´il y perçoit. 

    Au lieu de se demander, comme Ricoeur, sur ce que les mythes donnent à penser, il les interroge pour savoir comment fonctionne l´esprit humain. À cet égard, il rend justice à « la pensée sauvage » (1962), trop souvent qualifiée de pré-logique, ou même de sans logique, alors qu´elle fonctionne selon la même logique que la nôtre.

    Un mage sans étoile

    Mais qu´en est-il de l´esprit, cet « hôte parmi nous, bien que nul n´ait songé à l´inviter à nos débats ». Question que Lévi-Strauss laisse en suspens, « le but dernier des sciences humaines n´étant pas de constituer l´homme, mais de le dissoudre ». 

    Qu´en est-il du sens de tout cela ? Le dernier mot est ici : « rien », car les mouvements éphémères de la vie finiront par s´effacer, et il ne restera alors qu´un « monde au visage désormais impassible ». Cette métaphysique désabusée se réclame, dans Histoire de Lynx (1991), de Montaigne disant : « Nous n´avons aucune communication avec l´être », phrase « la plus forte peut-être qu´on puisse lire dans toute la philosophie. 

    Cette métaphysique nihiliste est cependant assortie d'une éthique d'un haut degré d'altruisme. Car, estime Lévi-Strauss, le rien ne doit pas triompher du nous. C'est en choisissant le nous que l « homme se choisit réellement comme homme. À cet égard, l'éthique des primitifs se révèle singulièrement supérieure à la nôtre. Quand à l'enfer, c'est les autres (Sartre) ils opposent : l'enfer, c'est nous-mêmes, commente Lévi-Strauss, les peuples sauvages donnent une leçon de modestie qu'on voudrait croire que nous sommes encore capables d'entendre. 

    Lévi-Strauss, mage sans étoile, appelle cela des petits braconnages sur les chasses trop bien gardées de la philosophie. 

    Marcel NEUSCH
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    Muere el etnólogo sin tópicos


    Tres días después de su fallecimiento, la familia comunica la muerte del padre del estructuralismo, Claude Lévi-Strauss


    ALEX VICENTE París 03/11/2009 22:34




    El antropólogo francés Claude Lévi-Straus.

    El antropólogo francés Claude Lévi-Straus.


    Claude Lévi-Strauss murió durante la madrugada del domingo pasado, pocos días antes de cumplir los 101 años y de una manera muy parecida a la que vivió su vida: con una exquisita discreción. Su familia no comunicó hasta este martes su defunción, casi tres días después del fallecimiento y con un íntimo funeral ya celebrado, tal vez para evitar los honores de Estado que se le venían encima, de los que este legendario antropólogo siempre renegó educadamente. 

    En 2008, Lévi-Strauss se había negado a asistir a todos y cada uno de los homenajes que se habían organizado en su honor coincidiendo con su centenario, hasta el punto que el mismo Nicolas Sarkozy decidió hacerle una visita a su residencia particular, hecho extremadamente infrecuente, para comunicarle “el reconocimiento de toda la nación”.

    Al conocer su desaparición, Francia se volvió a rendir a la evidencia: Lévi-Strauss deja atrás un cuerpo teórico que lo posiciona como el padre de la antropología moderna, el mayor etnólogo del siglo XX y uno de los principales intelectuales. Su principal logro fue el de introducir el análisis estructural, el que Ferdinand de Saussure aplicó a la lingüística, en las ciencias humanas. 

    Desde sus primeros estudios sobre el terreno en las sociedades indígenas de la jungla amazónica, Lévi-Strauss apuesta por romper la jerarquía que separaba a las civilizaciones primitivas de las occidentales, hallando patrones comunes en todas ellas y apartándose así de una larga tradición etnocéntrica.

    “No existe un pensamiento propio de los salvajes, sino más bien un pensamiento salvaje. Se trata de una forma que es propiedad de toda la humanidad, que podemos encontrar también en nosotros mismos, pese a que a menudo prefiramos ir a buscarla en las sociedades exóticas”, dejaría escrito.
    La secuencia bibliográfica que forman Estructuras elementales del parentesco (1949), el célebre Tristes trópicos (1952) y los dos volúmenes de Antropología estructural (1958), biblia de tantos departamentos universitarios durante décadas, revolucionará una disciplina que en los cincuenta entra en boga gracias a sus descubrimientos sobre la organización de las sociedades, influidos por las tesis de Rousseau y Durkheim.

    Una vida de viajes

    Lévi-Strauss nace en Bruselas en 1908, hijo de una familia de judíos alsacianos venidos a menos, que emigrarán pronto a París. Apasionado desde pequeño por las “curiosidades exóticas”, según su propia confesión, se interesará más tarde por las tesis de Marx. De formación filosófica, su fulgurante paso por el mundo académico se vio interrumpido durante la ocupación nazi por las leyes raciales del régimen de Vichy. 

    Lévi-Strauss huye entonces a Nueva York. Terminada la guerra, volverá a Francia con todos los honores. En 1973, se convirtió en el primer antropólogo en acceder a la Académie Française y fue profesor del presigioso Collège de France hasta 1982.

    El antropólogo, poco amante de los focos mediáticos, se distanció de la figura clásica del intelectual francés, negándose a tomar posición sobre asuntos de actualidad en nombre de su autoridad intelectual. Por el mismo motivo, nunca escribió unas memorias y dosificó al máximo sus apariciones públicas. La última se produjo en 2006, durante la inauguración del Museo del Quai Branly, tótem multicultural consagrado a las artes primeras, legado del expresidente Jacques Chirac.

    Nostálgico de una época pasada, Lévi-Strauss deploró el desinterés por la historia que marca a la sociedad actual, así como la tiranía del progreso que marca nuestros días. “Vivimos en un mundo al que ya no pertenezco. El que conocí y amé tenía 1.500 millones de habitantes. En el de hoy contamos más de 6.000 millones. Este mundo ya no es el mío”, dejaría escrito.
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    L'ethnologue Claude Lévi-Strauss est mort


    LEMONDE.FR | 03.11.09 | 17h20   •  Mis à jour le 03.11.09 | 20h07

    L'ethnologue et anthropologue Claude Lévi-Strauss est mort dans la nuit du samedi 31 octobre au dimanche 1er novembre à l'âge de 100 ans, selon le service de presse de l'Ecole des hautes études en sciences sociales (EHESS) contacté par Le Monde.fr. Plon, la maison d'édition de l'auteur de Tristes Tropiques, a également confirmé l'information diffusée par Le Parisien.fr en fin d'après-midi. Claude Lévi-Strauss, qui a renouvelé l'étude des phénomènes sociaux et culturels, notamment celle des mythes, aurait eu 101 ans le 28 novembre.

    A l'occasion de la publication de son oeuvre dans la "Bibliothèque de la Pléïade" en mai 2008, Roger-Pol Droit avait publié dans Le Monde un portrait de l'ethnologue que nous vous proposons de retrouver ici :


    A qui doit-on cette pensée immense ? Un philosophe ? Un ethnologue, un anthropologue, un savant, un logicien, un détective ? Ou encore un bricoleur, un écrivain, un poète, un moraliste, un esthète, voire un sage ? Seule réponse possible : toutes ces figures ensemble se nomment Claude Lévi-Strauss. Leurs places varient évidemment selon les livres et les périodes. Mais il existe toujours une correspondance, constante et unique, entre ces registres, usuellement distincts et le plus souvent incompatibles. Car cette oeuvre ne se contente pas de déjouer souverainement les classements habituels. Elle invente et organise son espace propre en les traversant et en les combinant sans cesse.


    Depuis une naissance à Bruxelles le 28 novembre 1908 jusqu'à la publication, ces derniers jours, de deux mille pages dans la "Bibliothèque de la Pléiade", le parcours de Lévi-Strauss suit un curieux périple. Il commence dans l'atelier de son père, qui était peintre, se poursuit par une série de mutations dont l'inventaire comprend, entre autres, l'agrégation de philosophie, le choix de l'anthropologie, le parcours du Mato Grosso, l'exil à New York pendant la guerre, l'adoption de la méthode structurale, la notoriété mondiale, le Collège de France, l'Académie française et l'apparent retour à la peinture dans son dernier livre publié (Regarder écouter lire, Plon, 1993). Résultat : des voies nouvelles pour scruter l'humain.


    Trait essentiel : l'exigence sans pareille de remonter continûment d'une émotion aux formes qui l'engendrent - pour la comprendre sans l'étouffer. Lévi-Strauss ne cesse de débusquer la géométrie sous la peinture, le solfège sous la mélodie, la géologie sous le paysage. Dans le foisonnement jugé imprévisible des mythes, il discerne une grammaire aux règles strictes. Dans l'apparent arbitraire des coutumes matrimoniales, il découvre une logique implacable. Dans le prétendu fouillis de la pensée des "sauvages", il met au jour une complexité, une élaboration, un génie inventif qui ne le cède en rien à ceux des soi-disant "civilisés".


    Cette symbiose du formel et du charnel, il n'a cessé de la parfaire. Le choix que Claude Lévi-Strauss a opéré parmi ses livres pour "la Pléiade" le confirme. Mais à sa manière : indirectement, sous la forme, au premier regard, d'un paradoxe. Il est curieux, en effet, que les textes qui eurent le plus fort impact théorique n'aient pas été retenus. Ainsi ne trouve-t-on dans ce choix d'oeuvres ni Les Structures élémentaires de la parenté (1949), ni les deux recueils d'Anthropologie structurale (1958 et 1973), ni les quatre volumes des Mythologiques ! Le luxe suprême, pour l'auteur de chefs-d'oeuvre multiples, serait-il de les trier sur le volet ? Réunir notamment Tristes Tropiques, la Pensée sauvage, La Potière jalouse et bon nombre d'inédits, c'est proposer une lecture indispensable.


    EFFETS DE SENS

    Malgré tout, on peut s'interroger sur les effets de sens induits par ce regroupement, les présences et les absences. Finalement, en écartant les travaux techniques qui s'adressent aux experts, cette "Pléiade" propose un Lévi-Strauss plus aisément accessible au public. L'ensemble déplace le centre de gravité vers la dernière partie de l'oeuvre, avec La Voix des masques (1975), Histoire de Lynx (1991), Regarder écouter lire. L'anthropologue se montre ici, globalement, plus écrivain que scientifique - à condition de ne surtout pas entendre par là un quelconque retrait de la réflexion au profit du récit et du plaisir du style. La force de ce maître est au contraire de toujours tenir ensemble et l'expérience sensible et son arrière-plan théorique.


    On laissera donc de côté l'idée que les structures seraient des formes ternes, résidant dans des sous-sols gris. Elles habitent avec éclat les séquences chamarrées du monde, expliquent le système des masques indiens aux couleurs vives aussi bien que celui des mélodies de Rameau. Cette bigarrure bien tempérée est la marque de Lévi-Strauss. A New York, il apprit à fusionner l'insolite et le formalisme, en fréquentant André Breton aussi bien que Roman Jakobson. De Rousseau, il a retenu la fraternité de la nature perdue, de Montaigne le scepticisme enjoué, et le sens quasiment bouddhique de la discontinuité des instants. Mais il ne doit qu'à lui-même la fusion permanente de ces registres en un style.


    Comment dire, par exemple, que le village bororo, de feuillages noués et tressés, entretient avec les corps de tout autres relations que nos villes ? "La nudité des habitants semble protégée par le velours herbu des parois et la frange des palmes : ils se glissent hors de leurs demeures comme ils dévêtiraient de géants peignoirs d'autruche." Une autre page de Tristes Tropiques précise : "C'est une étrange chose que l'écriture." Plus encore quand elle unit d'oeuvre en oeuvre mathématiques et poésie. Heureux ceux qui ont encore à découvrir.

    Roger-Pol Droit
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    FUENTES:
    Muere a los 100 años el antropólogo francés Claude Lévi-Strauss
    Muere en París Lévi-Strauss, padre de la antropología moderna
    Claude Lévi-Strauss est mort
    Muere el etnólogo sin tópicos 
    L'ethnologue Claude Lévi-Strauss est mort
    Claude Lévi-Strauss, 100, Dies; Altered Western Views of the ‘Primitive’4/4






    1 comentario:

    agence matrimoniale dijo...

    Très bon blog. Je profite de cet article où je me suis régalée, pour vous le dire : continuez, ça me plaît et vous avez conquis une nouvelle lectrice. En plus cela faisait un moment que je cherchais quelque chose de bon dans ce domaine - eh oui, moi aussi c'est mon truc. Je vais un peu lire vos vieux posts et puis m'abonner au flux.
    agence matrimoniale

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